El día de hoy, los estudiantes no llevaron a cabo actividades académicas basadas en las asignaturas del currículo. En su lugar, se dedicaron a realizar evaluaciones integrales para determinar su nivel de conocimiento en las materias previamente estudiadas. La mayoría de los estudiantes completó las evaluaciones de manera proactiva, aunque algunos mostraron dificultades en la orientación espacial al escribir ciertas letras o números, como el número 6 escrito al revés.
Desde mi punto de vista, considero que la docente no necesita realizar cambios significativos en su forma de impartir clases, ya que está adaptada al contexto de los estudiantes. Sin embargo, para aquellos con dificultades, podría ser beneficioso integrar más actividades de asociación que les ayuden a escribir correctamente números y letras.
Observar de cerca el proceso de evaluación me ha hecho comprender la importancia de estas pruebas. Nos permiten identificar si es necesario reorganizar el plan de estudios, ajustar las clases, eliminar o modificar objetivos. En esta ocasión, no parece necesario realizar cambios drásticos, salvo la recomendación previa de incorporar más actividades centradas en la asociación para aquellos estudiantes con dificultades en este aspecto.